Te sientas aislada de nuevo en aquella banca de hierro, dura y despintada que siempre te ha de escuchar, que te mira cuando lloras, que te escucha penar, que te acoge siempre que estas sola, y que te permite mirar, sentir y olvidar, empieza a caer la lluvia, incitándote a añorar, añorar lo bello y lo triste, lo que te llevó a aquel lugar; recuerdas ese día, lo frió de su mirada, lo crudo de su vos, su persona indiferente, y tu… tu llorabas a su lado, le rogabas no te abandonara, era un ruego sin palabras, un ruego con la mirada, un ruego acompañado de ese pequeño y blanco rostro lleno de lagrimas, aquellas mimas lágrimas que hasta ahora sigues probando amargas mientras caen entre tus labios, le pedías que volviera, que se quedara a tu lado y nunca se separaran, que comprendiera a aquella pequeña que anhelaba un abrazo suyo, un abrazo que la hiciera sentir protegida y resguardada de su propia soledad, esa soledad, que siempre ha sido tu férrea compañera, incansable, inevitable y dolorosa; sinembargo no hay marcha atrás, por fin caerá el telón de esa farsa que culmina en drama; no lo quieres, no lo deseas, sin embargo es inevitable, él ha dejado de representar el mismo personaje, el personaje del amor encarnado, el personaje que con tanto deseo has creado, ese artificio animado de tu corazón, te duele como espadas atravesándote el alma y el corazón, te duele más que la muerte, por que sabes que es ahora cuando te enfrentaras a la realidad. Temes no olvidarle, no poder con tu dolor, temes amarle, incluso desearle, pero es tarde, ya lo has hecho, le recuerdas a cada instante, es más que tu vida, es tu muerte, es a quien amas, por fin entiendes, entiendes que nunca le olvidaras, que siempre le amaras, que es a quien nunca quieres dejar, por quien morirías, y lo intentas remediar, te propones ir a buscarle, hablarle y suplicarle, sin embargo ya no hay más que decir se a marchado te ha abandonado, no le importó tu amor, se ha marchado y no volverá, no es tu culpa ni la suya, también te amó y pese a todo se cansó, le cansó el amarte y que nunca lo vieras, se cansó de quererte y que nunca le oyeras, se cansó de desearte y que no le sintieras, por eso partió, por eso es que ahora el también esta solo, los dos se amaban, siempre lo supiste, pero siempre le temiste, temías que fuera bello y que terminara, sin embargo ahora terminó; él se alejó, se alejó con la brisa cruel de tu espíritu quebrantado, se alejo sin decir más; sabes que es cierto, que no regresará, que ha muerto una historia y que tu lo mataras, susurras su nombre, y nada ocurrirá, esperabas que acudiera, pero… ya no mas. Pones tu atención en la lluvia que te invade poco a poco, y que se ha hecho más fuerte, miras alrededor y lo has olvidado todo, comprendes que debes entrar, esos hombres de blanco son los que te guiaran, ellos te dirigen, todos te sujetan a la par, ¿qué ocurre?, ¿qué haces en ese lugar? Todo es tan diferente te llevan sin preguntar, te lastiman en el forcejeo y no sabes que hacer, te sedan sin piedad, te acuestan en la cama, deseas gritar, emites alaridos, a nadie le importan ya, cierras lo ojos y te calmas, ya no puede pasar más, oyes como sus rápidos pasos se alejan, no puedes escapar, te estremeces, pero oyes a alguien tras la puerta, lo oyes susurrar, -amor te he perdido… me abandonas sin piedad, ¿en que te he fallado, para que no… regresa por favor… ¿ya nunca más recordaras? ¿la demencia de tu ser jamás se irá?